La marca
Ahi voy de nuevo con que puedo explicar a lo mexicano. Que no, no puedo, pero me divierto.
Starbucks, ikea, Sam´s y otras marcas que hemos importado del otro lado son marcas para clasemedieros que les ofrecen un buen precio por un servicio igual de barato. Y apenas cruzan el río Bravo en sentido norte sur, alcanzan el estatus de celebridad, nobleza o /queseyo/.
La primera vez que una marca de aceite de local se presentó en la feria de aquí del pueblo lo hizo no en el pabellón idustrial, lo hizo en el artesanal. Con fábrica, con empaques, con redes de distribución, con gerentes y subgerentes y estudios de mercado y bussines plan y cuantacosa se puedan imaginar, se les hizo que la mejor manera de convencer a la ama de casa con su producto no era con precio o calidad. Le pareció mejor hacerse pasar por Juan Pobre.
En México, por favor corríjanme, desarrollar marca implica intrínsecamente el convertirse en elitistas. Intentar convertir tu producto en una marca reconocible implica necesariamente tirar a un segmento socioeconómicamente dominante. Por eso (ahí va la excepción) Elektra y otras marcas de ese tipo se las ven en figurillas para “acercar” su producto a su verdadero segmento, por eso se denigran para acercarse a un segmento por la que no sienten nigún respeto. Por eso gastan su dinero haciendo comerciales que parezcan baratos.
(Si me pongo a hacer paralelismos innecesarios es como a esas mujeres que les gusta que las traten mal y solitas se acercan. Consulte la Wikimaléfica para más infrmación)
En la psique del mexicano se han grabado con fuego marca=extranjero=mejor=pretencioso=chingueasumadre, mexicano=compadre=cercano=barato.
La imágen me la robe de The Lobby Conspiracy
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Yo miento, tú mientes, él miente...