Fractal

La coliflor es fractal porque el mundo es fractal porque el universo es fractal. O tal vez sea exactamente al revés.

Ayer estaba viendo una nube siendo pintada de gris oxford y color melón por los últimos rayos de la tarde. Era una nube de tormenta, complicada con bordes fractales desparpajados y definidos. La iluminación dramática hacía evidente su estructura, su tridimensionalidad, su fractalidad.

Ustedes tal vez no se la puedan imaginar con esta descripción muy mía. Pero les puedo hacer un simil: imaginen un esputo mucoso flotando en agua. En serio; así, pero en hermoso... Y en escala de nube.

Los leves apéndices escapaban de la masa principal de la misma forma, misma estructura y en la misma proporción. Y es que el mundo es fractal. Lo es la naturaleza física, lo es el tiempo, lo es nuestro cerebro y lo son las cosas imaginarias que de él emanan.

Viendo la nube-moco-flotante llegué a la conclusión que eso que nos parece permanente e inevitable es sólo falta de visión de entender la escala de la fractalidad del tiempo. El moco es exactamente igual a la nube, pero es asqueroso por su escala y la forma en que se mueve en el agua, no es lo mismo agua que aire, no es lo mismo viscoso que esponjoso y no es lo mismo rápido que lento, ni rápido es lo mismo que lento... Pero es lo mismo.

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Cuando te vayas —porque estás decidida a irte—, cambiarás el ángulo y verás otra escala y otra forma de la cosa imaginaria y fractal que es/era nuestra relación. Y te arrepentirás, y me reiré.

Y me reiré, cosa que ahora no puedo hacer. Necesito cambiar la escala. O transitar lo suficiente.


(Este post, hablando de naturalezas y cambiando el ritmo a mis patéticas tribulaciones, tiene la misma estructura que Big Yellow Taxi. Recomiendo a Counting Crows para acercarse a esta obra maestra)